Introducción
La radiología está cobrando cada vez más relevancia para la valoración de pacientes en el ámbito de la medicina estética, para darnos información de la anatomía individual de los pacientes en tiempo real, para la evaluación previa a la realización de procedimientos mínimamente invasivos, caracterizar materiales de relleno previamente inyectados, para la guía de procedimientos inyectables y para el diagnóstico de complicaciones1,2.
Se ha observado un incremento en el número de procedimientos inyectables en el campo de la estética en el último tiempo, y con ello el aumento de complicaciones3. Asimismo, los avances tecnológicos y académicos en este campo requieren que la radiología acompañe su evolución, brindando diagnósticos más certeros.
Los tratamientos estéticos inyectables se pueden distribuir en diferentes planos anatómicos, desde los más superficiales intradérmicos a los más profundos supraperiósticos, y entre ambos una infinidad de localizaciones, aún en continuo desarrollo y estudio. A su vez, existen diferentes formas de colocar un material de relleno, ya sea en bolo, en retroinyección, etc.4.
Las técnicas y planos de inyección de estos materiales se rigen bajo “normalidades” anatómicas que se han descrito en la mayor parte de la población5. Sin embargo, se encuentran variantes anatómicas que incrementan el riesgo de complicaciones, por aumentar el riesgo de una inyección intravascular del producto, por compresión vascular extrínseca, por obtener resultados subóptimos y hasta que podrían contraindicar una técnica específica.
Asimismo, la presencia de ciertos materiales de relleno inyectados con anterioridad en la región que se desea tratar podría contraindicar la inyección de nuevos materiales6. Este es el caso de los materiales no biodegradables (permanentes), incluyendo la silicona libre, que fuera ampliamente utilizada hace algunos años. Muchos pacientes no recuerdan o desconocen qué tipo de material tienen inyectado.
Generalmente, el diagnóstico de las complicaciones relacionadas con procedimientos estéticos suele realizarse mediante un examen físico, resultando en algunas ocasiones en tratamientos innecesarios o inespecíficos.
El objetivo de este trabajo es determinar la utilidad del aporte ecográfico en el área de la medicina estética, evaluar cómo incide en la toma de decisión terapéutica y describir la experiencia de los autores en una serie de pacientes atendidos entre los años 2021 y 2023.
Método
Este trabajo fue aprobado por el Comité de Ética médica institucional.
Se trata de un estudio prospectivo descriptivo analítico de una cohorte de pacientes atendidos entre diciembre de 2021 y febrero de 2023. Se incluyeron pacientes que se realizaron ecografía facial por indicación de su médico estético, ya fuera antes o después de un procedimiento inyectable.
Se utilizaron ecógrafos Philips, Wisonic y Clarius con transductores de alta frecuencia (mayor a 15 MHz), en todos los estudios se incluyó análisis Doppler; los estudios ecográficos fueron realizados por un médico especialista en Diagnóstico por Imágenes con más de 10 años de experiencia.
Criterios de inclusión: pacientes que concurrieron a realizarse ecografías faciales para la planificación de procedimientos estéticos inyectables o bien para la evaluación de sus complicaciones, mayores de 18 años, con o sin antecedentes quirúrgicos en la región o que se hubieran realizado otro tratamiento estético en el pasado.
Criterios de exclusión: pacientes de los que no se logró conocer el tratamiento seleccionado luego del estudio ecográfico y pacientes que no hubieran firmado el consentimiento informado.
Las variables que se analizaron fueron la presencia de rellenos previos o prótesis faciales, la presencia de variantes anatómicas, la presencia de complicaciones agudas o crónicas y si el informe ecográfico cambió la conducta médica habitual. Se determinó cómo incidió el hallazgo ecográfico en la selección del tratamiento estético mediante llamadas telefónicas a los médicos tratantes.
No se realizó cálculo del tamaño muestral debido a la naturaleza descriptiva del estudio y a que la subespecialidad en ecografía estética es relativamente reciente y por lo tanto el número de pacientes derivados no es muy grande.
Los datos demográficos y las variables estudiadas por ecografía se consignaron en una hoja del programa Microsoft Excel (2020), posteriormente fueron analizadas con el programa estadístico Stata Statistical Software Release 14 (College Station, TX: StataCorp LP) y fueron reportados con frecuencias, porcentajes y medidas de tendencia dependiendo el tipo de variable. Para comparar porcentajes se utilizó la prueba de chi cuadrada y para comparar medias la t de Student.
Resultados
Se realizaron 115 ecografías faciales Doppler en el lapso referido, solicitadas por el médico estético, se excluyeron 32 pacientes debido a la falta de información acerca del tratamiento realizado con posterioridad. De este modo, se analizaron en este estudio 83 exámenes de ecografía facial Doppler.
De los 83 pacientes estudiados, el 96,3% (80) fueron mujeres y el 3,6% (3) fueron hombres, la edad media fue 42,8 ± 11 años (rango: 22 a 68 años).
A modo de organización de los resultados, estos 83 pacientes se dividieron en dos grupos. Dentro del grupo 1 se incluyeron 53 (63,86%) pacientes a los que se les indicó la ecografía para planificar un procedimiento estético facial, sin complicaciones. En cambio, en el grupo 2 se incluyeron 30 (36,1%) pacientes que presentaron algún tipo de complicación relacionada con procedimientos estéticos previos.
Del grupo 1 (n = 53, 63% del total de pacientes), 51 (96,2%) pacientes eran de sexo femenino y 2 (3,7%) de sexo masculino, 24 (45,2%) no presentaban rellenos previos, 15 (28,3%) presentaban ácido hialurónico (AH) y 14 (26,4%) tenían rellenos permanentes (biopolímeros, silicona y polimetilmetacrilato). Además, 12 (22,6%) pacientes de este grupo presentaron variantes anatómicas, de los cuales solo uno tenía un relleno previo de AH. Entre las variantes encontradas se mencionan arterias angulares, labiales, nasal dorsal y temporal profunda en sitios habituales de inyección de rellenos, glándulas parótidas prominentes y venas intercantales prominentes en sitios de inyección frecuentemente utilizados (Fig. 1–Fig. 3). En este grupo se presentaron 2 (3,7%) pacientes con prótesis faciales. Del total de pacientes que integraron este grupo, el informe ecográfico modificó la conducta del médico estético en el 60% (32) de ellos.
Figura 1. Ecografía labial Doppler en eje sagital de dos pacientes sin rellenos previos que se realizaron el estudio para planificar la inyección de rellenos. En (A) se observa una arteria labial superior de localización intramuscular (flecha blanca), en cambio en (B) se identifica una circulación predominantemente superficial (flecha blanca). Cavidad bucal (asterisco). Labio superior (flechas discontinuas). Labio inferior (flecha gruesa).
Figura 2. Ecografía Doppler de la región temporal en plano longitudinal oblicuo coincidente con el sitio de inyección supraperióstico habitualmente utilizado en estética. La flecha blanca señala la arteria temporal profunda en esta localización como variante anatómica, hallazgo que incrementa el riesgo de oclusión arterial. La flecha negra indica la arteria temporal superficial en relación con la fascia temporal superficial. El asterisco indica el músculo temporal.
Figura 3. Ecografía labial en plano transversal (A) y sagital (B) con Doppler. Paciente que se realizó este estudio para planificar la aplicación de nuevo relleno labial. Se contraindicó la inyección de nuevo relleno al constatar la presencia de biopolímeros preexistentes (asteriscos) que condicionan el artefacto ecográfico en “tormenta de nieve” característico. La flecha blanca indica la arteria labial superior.
En el grupo 2 (n = 30, 36% del total de pacientes), 14 (46,6%) pacientes sufrieron complicaciones agudas y 16 (53%) presentaron complicaciones crónicas. Se consideraron agudas las complicaciones que surgieron dentro del mes del procedimiento estético. Además, de los 14 pacientes que presentaron complicaciones agudas, cinco requirieron un tratamiento específico bajo guía ecográfica. Las complicaciones agudas estuvieron relacionadas con pacientes con compromiso vascular por inyección de material de relleno intraarterial (compromiso de arterias columelares, nasal dorsal y facial), sobre corrección por exceso de producto, irritación/trauma de nervios infraorbitarios, nódulos inflamatorios y edema difuso (Fig. 4 y Fig. 5). Con respecto a las complicaciones crónicas se encontraron nódulos tardíos, edema tardío intermitente y persistente (ETIP), infección subaguda/tardía, y migración/redistribución de rellenos permanentes y no permanentes (Fig. 6–Fig. 8). Además, cabe señalar que el 97% (29) de los integrantes de este grupo presentaban rellenos previos (24 con AH y 5 con rellenos permanentes).
Figura 4. Paciente que presentó oclusión de la arteria nasal dorsal entre el rádix y el dorso nasal luego de la inyección de rellenos (ácido hialurónico, asteriscos). (A) Se demuestra la piel pálida (flechas) por compromiso vascular agudo inmediatamente luego de la colocación del relleno. En (A´) se observa enrojecimiento y edema, 24 h postoclusión y aplicación de hialuronidasa. Finalmente, en (A´´) se demuestra la recuperación total sin secuelas (una semana después). Se demuestran los hallazgos ecográficos del compromiso vascular (B y C) y la restitución del flujo nasal dorsal posthialuronidasa (D y E).
Figura 5. Paciente que presentó un abultamiento nodular 15 días luego de la inyección de relleno de ácido hialurónico en la región malar (flecha en A). (B) Ecografía en el sitio de interés, plano sagital, donde se observa depósito de ácido hialurónico (flecha negra) en plano superficial, entre la hipodermis y el sistema músculo-aponeurótico superficial. Músculo orbicular de los párpados (asteriscos blancos). Reborde orbitario inferior (asterisco negro).
Figura 6. Paciente con complicación tardía relacionada con rellenos permanentes. (A) Foto clínica donde se señalan formaciones de aspecto nodular, blandas e indoloras en labio superior (flechas). En la ecografía labial, eje transverso (B), se demuestra uno de los nódulos de material oleoso permanente (flechas) con artefacto de reverberación posterior (silicona libre inyectada). Ambos nódulos presentaban similares características ecográficas.
Figura 7. (A) Foto clínica de paciente con edema infraorbitario bilateral (flechas) intermitente e indoloro, de un año de evolución, sin causa aparente. (B) Mediante el estudio ecográfico, plano sagital, se constataron pequeños depósitos evolutivos de ácido hialurónico en contacto con el sistema músculo-aponeurótico superficial, la flecha señala uno de ellos. Se interpretó como edema tardío intermitente y persistente por ácido hialurónico, resolviendo finalmente con la inyección de hialuronidasa. Reborde orbitario inferior (asterisco blanco). Grasa postseptal (asterisco negro).
Figura 8. (A) Paciente con edema focal y escaso débito espontáneo de material seroso en el gonion (flecha negra). Al examen se observa ligero abultamiento focal en la línea mandibular (flecha blanca). Como antecedente, refiere colocación de cuatro hilos de tracción en cada hemicara hace tres meses, la línea punteada señala el trayecto de uno de ellos. (B) En la imagen ecográfica se constató hilo (asteriscos) ecogénico con líquido en su periferia asociado a colección ciega (flecha) coincidente con la flecha blanca en A y otra colección con detritus y fragmentos del hilo a nivel del gonion (no mostrado). Se destaca que se observó líquido rodeando al resto de los hilos colocados. Se diagnosticó infección por micobacterias que explicaría la evolución prolongada del cuadro y la sintomatología insidiosa.
En relación con estos resultados, el informe ecográfico condicionó un cambio en la terapéutica del médico estético en el 74% (62) de los pacientes. Todos los pacientes del grupo 2 (con complicaciones), los pacientes con variantes anatómicas, con preexistencia de rellenos permanentes, prótesis faciales y la mayor parte de los casos con rellenos de AH fueron los integrantes de este resultado (Tabla 1).
Tabla 1. Cantidad de pacientes cuyos hallazgos ecográficos condicionaron o no un cambio en la conducta terapéutica del médico estético
| Total | Sí cambio conducta | No cambio conducta | Valor de p | |
|---|---|---|---|---|
| Edad | 42,8 ± 11,9 | 44,1 ± 11,5 | 38,7 ± 12,5 | 0,965 |
| Sexo | 80 (F) /3 (M) | 59 (F) /3 (M) | 21 (F) /0 (M) | |
| Relleno previo | 58 | 48 | 10 | 0,01 |
| Sin rellenos | 25 | 14 | 11 | 0,01 |
| Variante anatómica | 12 | 12 | 0 | |
| Prótesis | 2 | 2 | 0 | |
| Complicación aguda | 14 | 14 | 0 | |
| Complicación crónica | 16 | 16 | 0 | |
| Sin complicaciones | 53 | 32 | 21 | 0,0001 |
|
F: femenino; M: masculino. |
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En la tabla 2 se detallan los resultados de los hallazgos ecográficos y cómo incidieron en la conducta terapéutica habitual del médico estético.
Tabla 2. Hallazgos ecográficos en el grupo de estudio y cómo incidieron en la conducta habitual del médico inyector
| Hallazgos ecográficos | Cambio de conducta del médico estético |
|---|---|
| Rellenos permanentes | No se inyectó |
| Arterias labiales superficiales | Se inyectó lentamente y en menor cantidad |
| Arterias angulares supraperiósticas en fosa piriforme | Se cambió el plano habitual de inyección |
| Arteria nasal dorsal doble izquierda | Se decidió posponer el procedimiento para planificar la inyección ecoguiada |
| Venas intercantales prominentes supraperiósticas | Se cambió la técnica de inyección |
| Arteria temporal profunda supraperióstica | Se modifica el plano de inyección a interfascial |
| Glándula parótida prominente | Se eligió otro plano de inyección |
| Prótesis facial | No se inyectó en esa región |
| Complicaciones | Se dirigió terapéutica específica de cada caso |
Discusión
La radiología cumple un rol muy importante en la valoración de pacientes en el campo de la estética y la armonización orofacial. Se pueden realizar estudios radiológicos para la evaluación de un paciente previo a la realización de procedimientos inyectables con la finalidad de planificar un tratamiento estético. Asimismo, con los estudios de imágenes se pueden caracterizar materiales de relleno previamente colocados, guiar procedimientos invasivos, como así también diagnosticar complicaciones relacionadas7.
Las técnicas de inyección para la armonización orofacial se basan en “normalidades” anatómicas descritas en la mayor parte de la población. Sin embargo, existen múltiples variantes anatómicas que podrían incrementar el riesgo de complicaciones, ya sea por compromiso vascular (inyección intravascular del material de relleno, compresión vascular extrínseca, etc.), por obtener resultados subóptimos, y hasta que podrían contraindicar alguna técnica específica8. En nuestra población se encontraron 12 variantes anatómicas que condicionaron un cambio en la técnica y/o plano de inyección habitualmente empleado por el médico estético.
Entre estos pacientes hallamos una arteria angular supraperióstica en la fosa piriforme, localización infrecuente. El plano supraperióstico es el sitio de inyección recomendando en los consensos basados en la anatomía más comúnmente hallada; si el médico inyector utilizara esta técnica, tendría mayor riesgo de ocasionar una oclusión arterial8,9.
Con respecto a la topografía de las arterias labiales superior e inferior, se ha publicado que generalmente se encuentran en el plano submucoso (58,5%), seguido del plano intramuscular (36,2%) y menos frecuentemente subcutáneo (5,3%)9,10. En este sentido, un sitio habitualmente utilizado de inyección es el plano superficial subcutáneo para evitar un compromiso vascular. En nuestro trabajo encontramos cinco pacientes con arterias subcutáneas (superficiales), hallazgo que condicionó un cambio en la conducta del médico inyector, si bien se mantuvo el plano superficial del relleno, se inyectó menor cantidad y más lento para reducir el riesgo de compromiso vascular.
Un sitio comúnmente utilizado para el relleno en la fosa temporal es a 1 cm lateral y 1 cm por encima del final de la cola de la ceja, en plano supraperióstico. Lee et al.11 han descrito que hasta 1/3 de la población estudiada mediante ecografía Doppler incluida en su trabajo presentaba una arteria temporal profunda coincidente con ese punto habitual de inyección. En nuestro estudio, se evitó dicha técnica de relleno en un paciente que presentaba esta variante vascular.
La inyección de material de relleno en la región nasal, ampliamente conocida como “rinomodelación sin cirugía”, es uno de los procedimientos más riesgosos, ya que una inyección accidental intravascular de la arteria nasal dorsal podría condicionar compromiso de la arteria oftálmica con riesgo de ceguera permanente12. La técnica de inyección de rellenos mayormente utilizada es en el plano supraperióstico y siguiendo la línea media para evitar el compromiso de las arterias nasales dorsales8,13. En nuestro estudio, encontramos a un paciente que presentaba una variante anatómica de las arterias dorsales nasales, con doble arteria nasal dorsal izquierda, y otro paciente con venas intercantales prominentes y supraperiósticas; estas variantes incrementan el riesgo de eventos vasculares no deseados14.
Asimismo, se observaron dos pacientes con una glándula parótida de tamaño muy prominente como variante constitucional (sin signos inflamatorios), que condicionaron un cambio del plano de inyección de rellenos para evitar un depósito intraglandular inadvertido. El depósito de rellenos intraglandulares inadvertidos podría desencadenar posteriormente una inflamación glandular2,15.
La presencia de ciertos materiales de relleno inyectados con anterioridad en la región del rostro que se desea tratar podría contraindicar la inyección de nuevos materiales. En este estudio, 19 pacientes (14 del grupo 1 y 5 del grupo 2) presentaron materiales de relleno no biodegradable o permanente (silicona, biopolímeros y polimetilmetacrilato), contraindicando nuevos procedimientos en la región. Se recomienda que los pacientes que tengan rellenos permanentes en la región facial no sean inyectados con nuevos rellenos. Esto está basado en publicaciones de casos clínicos en los cuales una nueva inyección de rellenos desencadenó un proceso inflamatorio facial en estos pacientes. Asimismo, se ha descrito que de un grupo de pacientes estudiados con complicaciones posprocedimientos estéticos, el 34% tenía preexistencia de rellenos permanentes3,7.
Además, la preexistencia de AH, material de relleno biodegradable, ampliamente utilizado en la actualidad, debería ser tomado como precaución ya que, si se coloca nuevo material, se podría condicionar una sobre corrección, con la consecuente deformación del rostro, o bien un edema regional (puesto que el AH atrae el agua). Cada caso debería ser valorado individualmente2,16. Además, regiones sensibles como la región nasal, que carece de tejido fácilmente distensible, podría sufrir eventos vasculares por compresión vascular extrínseca debido a la sola ocupación de espacio (especialmente la punta de la nariz).
En un paciente sin rellenos ni elementos protésicos en su rostro se necesitan aproximadamente 100.000 bacterias por gramo de tejido para desencadenar una infección. Este valor baja a 100 bacterias por gramo de tejido en caso de implantes17. En relación con esto, algunos médicos inyectores prefieren no realizar tratamientos mínimamente invasivos en la región que presente una prótesis subyacente ya que, si se desarrollara un proceso infeccioso en el implante, este debería ser retirado. En nuestra muestra tuvimos dos pacientes con elementos protésicos, uno en la región del mentón y otro malar, ninguno de los dos fue inyectado en dichos sitios. Con la ecografía se pudo delimitar el sitio exacto de la prótesis y dirigir el tratamiento estético a otras regiones faciales.
Habitualmente, las complicaciones relacionadas con procedimientos de medicina estética suelen ser tratadas solo con los hallazgos clínicos. Se evaluó ecográficamente a 30 pacientes que presentaron complicaciones relacionadas con procedimientos estéticos. Su diagnóstico resultó relevante en la toma de decisión terapéutica para todos los médicos estéticos, ya que se pudo seleccionar un tratamiento específico y más eficaz en cada caso.
Las complicaciones agudas se producen dentro de los 30 días de realizado el procedimiento inyectable. En nuestro trabajo encontramos nódulos inflamatorios y procesos infecciosos desencadenados luego de la inyección de rellenos y de la colocación de hilos de tracción, así como también casos de sobrecorrección por error en la técnica de aplicación. Asimismo, se diagnosticaron dos casos con irritación del nervio infraorbitario por la colocación de rellenos en la región del valle lagrimal que, si bien clínicamente era evidente, se pudo dirigir la inyección de hialuronidasa específicamente al sitio de interés para solucionar el inconveniente.
Además, dentro de las complicaciones agudas, encontramos todo el espectro relacionado con el compromiso vascular, ya sea por inyección intravascular inadvertida del material de relleno o por compresión extrínseca. Si no se resuelve a la brevedad, podrían desencadenar trastornos en la irrigación tisular con eventual necrosis. Este aspecto es sumamente importante dadas las grandes anastomosis entre el sistema carotídeo interno y externo, por ejemplo, un compromiso vascular del sistema carotídeo externo podría comprometer a la arteria oftálmica ocasionando ceguera y hasta eventos vasculares intracraneales. En nuestro trabajo, evidenciamos a un paciente con compromiso de la arteria nasal dorsal, a otro con obstrucción de arterias columelares y un tercero que presentó compromiso de la arteria facial a la altura del surco nasogeniano; todos ellos requirieron la resolución del cuadro mediante la inyección de hialuronidasa con guía ecográfica. En este tipo de complicaciones, sabemos que la ecografía Doppler facial proporciona información relevante para dirigir la inyección de hialuronidasa al lugar preciso de afectación, utilizando menor cantidad de enzimas y con una resolución más rápida18.
A las complicaciones que suelen desarrollarse luego del mes del procedimiento estético se las entiende como crónicas. Estas son frecuentes en pacientes con rellenos permanentes, debido a su redistribución/migración con la consecuente deformación de la región del rostro. En nuestro trabajo, todos los pacientes con este tipo de rellenos tenían algún grado de deformación. Esto puede suceder, aunque menos frecuentemente, con rellenos de AH, quizás debido a errores en la técnica inicial; sin embargo; una vez diagnosticados, suelen revertirse fácilmente con la inyección de hialuronidasa19.
Los nódulos tardíos a los materiales de relleno consisten en la aparición de formaciones nodulares, abultadas y de consistencia firme en los sitios de inyección (en uno o múltiples sitios), habitualmente no inflamatorios ni infecciosos. Se cree que pueden estar relacionados con intercurrencias de eventos de estrés, vacunación, estados gripales, etc., así como también a la reología del producto inyectado. En relación con estos efectos inflamatorios tardíos, hay que considerar cada uno de los factores que pueden alterarse y cambiar con el paso del tiempo, ya sea por degradación del material de relleno o por el estado psicofísico del huésped20. En nuestro trabajo, observamos pacientes con nódulos de dichas características en la región labial, valle lagrimal y surcos nasogenianos. Los médicos estéticos pudieron seleccionar la terapéutica específica con hialuronidasa y algunos requirieron corticosteroides intralesionales. Conocer el sitio exacto de los nódulos fue de suma utilidad para inyectar específicamente el sitio de interés, esto permite usar menor cantidad de hialuronidasa. Además, en el caso de necesitar corticosteroide local, se debe precisar el sitio de inyección para evitar atrofia tisular adyacente21.
Con respecto al ETIP, descrito por primera vez por Cavallieri et al.22 en el año 2017, se caracteriza por edema local tardío, de carácter intermitente, desencadenado por cuestiones específicas (p. ej., enfermedad, vacunación) y que persiste mientras exista la presencia de AH localmente. En nuestro trabajo encontramos tres pacientes con este tipo de cuadro, todos en la región infraorbitaria. Gracias al aporte ecográfico, se pudo diagnosticar que el motivo del edema eran los depósitos de AH no degradados que estaban rodeados por edema de tejidos circundantes. Todos ellos se beneficiaron con la inyección de hialuronidasa.
Además, tuvimos un caso de infección subaguda de hilos de tracción que se desarrolló luego de tres meses del procedimiento. Clínicamente no era tan evidente la extensión del proceso, y ello subestimó el cuadro clínico. Luego del estudio ecográfico se evaluó correctamente el proceso infeccioso en el hilo en cuestión, advirtiendo similares hallazgos infecciosos en el resto de los hilos colocados. Estos últimos no tenían clínica evidenciable. Se decidió la toma de material para cultivo, resultando bacterias atípicas (micobacterias), lo que explicaría la evolución insidiosa del cuadro clínico.
Cabe aclarar que este trabajo no está destinado a evaluar la incidencia de complicaciones ni de variantes anatómicas, como así tampoco la relación entre rellenos degradables y permanentes en la sociedad. Se ha tomado solo una muestra sesgada (que no representa a la población general) para valorar específicamente cómo incide el hallazgo ecográfico en la decisión terapéutica del médico estético.
Consideramos que el aporte radiológico fue muy relevante en todos los casos estudiados, ya que brindó la posibilidad de que el médico estético supiera exactamente qué se encontraba “debajo” de la piel de su paciente. Si bien los hallazgos ecográficos implicaron un cambio en la conducta estética habitual en la mayor parte del grupo incluido en este trabajo, también fue sumamente útil para el resto de los pacientes, debido a que su médico pudo trabajar con seguridad con sus técnicas habituales sabiendo que su riesgo de complicaciones era bajo.
En relación con todos los aportes descritos, creemos que la radiología estética se convertirá en una nueva subespecialidad dentro del Diagnóstico por Imágenes.
Conclusión
La ecografía facial otorgó información fundamental para la planificación de los tratamientos estéticos y condicionó un cambio en la conducta terapéutica en la mayor parte de la población estudiada. El diagnóstico de complicaciones, descartar variantes anatómicas y rellenos preexistentes fueron sus principales aplicaciones.
Financiamiento
Los autores declaran no haber recibido financiamiento para este estudio.
Conflicto de intereses
Los autores declaran no tener conflicto de intereses.
Responsabilidades éticas
Protección de personas y animales. Los autores declaran que para esta investigación no se han realizado experimentos en seres humanos ni en animales.
Confidencialidad de los datos. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes.
Derecho a la privacidad y consentimiento informado. Los autores declaran que en este artículo no aparecen datos de pacientes. Los autores declaran que este trabajo ha sido aprobado por el Comité de Ética Médica Institucional
Uso de inteligencia artificial para generar textos. Los autores declaran que no han utilizado ningún tipo de inteligencia artificial generativa en la redacción de este manuscrito ni para la creación de figuras, gráficos, tablas o sus correspondientes pies o leyendas.